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Bibliomóvil Universidad de Chile: El histórico primer bibliobús chileno

Primer Bibliobús Chileno

Bibliomóvil Universidad de Chile: El histórico primer bibliobús chileno

Publicado el 08/11/2013
Bibliomóvil Universidad de Chile: El histórico primer bibliobús chileno
La historia del bibliomóvil que estaba abriendo literalmente caminos a lo que sería más tarde un servicio que hoy está repartido por todo Chile.

Un día cualquiera y gracias a la magia de las redes sociales apareció la fotografía de un antiguo bibliobús. Se trataba del servicio de bibliobús de la Universidad de Chile. Se notaba por la ropa de las personas que allí aparecían que la imagen era de comienzos de los setenta. Y por ende, una página perdida de nuestra historia bibliobusera.

Me propuse averiguar de dónde provenía. ¿Cuál era su historia? ¿Podría ubicar a alguien que trabajó allí?

En la búsqueda de dar con información fueron muchos los e-mails enviados a la Universidad de Chile pero ninguno respondió hasta que de manos de una colega llegó el dato preciso para desempolvar la historia. Historia que claramente no merecía permanecer en silencio, pues se trataba del primer bibliobús chileno. El que inauguró en medio del convulsionado y revolucionario Chile de finales de los sesenta un servicio bibliobusero que abrió la ruta a una labor que hoy se reparte por todo Chile.

Aquí finalmente su historia.

PALABRAS DE UNA PROTAGONISTA

Elvira Maldini Robles, de profesión bibliotecaria, es el nombre de la que podríamos llamar la primera bibliobusera de nuestro país. Quien junto a su conductor y asistente, Eduardo Quintana, inauguraron el trabajo de bibliobuses en Chile.

La historia del bibliobús de la Universidad de Chile según me cuenta vía teléfono su propia protagonista, Elvira Maldini. Se gesta en 1968 gracias al convenio que hizo la casa de estudios superiores y la Universidad de California, en Estados Unidos. El vehículo llegó a nuestro país directamente desde el país de América del norte fabricado especialmente para aquella función. Se trata de una máquina de marca "Ford" modelo F.600 de 1968.

La idea de crear un servicio bibliobusero en la Universidad de Chile nace de la gestión de la destacada bibliotecaria chilena, María Luisa Arenas, quien instaló este proyecto para entregar una colección bibliotecaria multidisciplinaria a los estudiantes de la época, con el objetivo primordial de fortalecer la formación integral del estudiantado y que estaba repartido en distintas dependencias de la universidad. Pero no sólo eso. Elvira me explica que el bibliobús como buen servicio móvil también incluía la atención a comunidades extra universitarias las que se visitaban en el período en que finalizaba la actividad académica. Un circuito extra académico que estaba constituido por poblaciones que eran atendidas en los meses de diciembre, enero y febrero, las que sin querer fueron favorecidas con un servicio único y pionero en nuestro país. Literalmente haciendo historia al andar.

En la entrevista telefónica, Maldini también es muy específica en contarme que ella se hizo cargo del bibliobús en 1971, cuando el proyecto ya funcionaba desde hace unos 3 años. Previo a eso, fue atendido por la secretaria de María Luisa Arenas, la señora Gladys Labra. Sin embargo, fue Elvira quien se mantuvo como encargada del bibliobús por cerca de 27 años hasta que el proyecto fue suprimido en 1995.

CUALIDADES TECNICAS

Sobre las cualidades técnicas del bibliobús, Elvira me explica que el móvil tenía todas las condiciones de la época para trabajar con total comodidad. Poseía aire acondicionado, calefacción y espacio para unos 2 mil ejemplares en su interior, además de estanterías para discos de vinilo y equipamiento para diapositivas. Elvira lo recuerda como un excelente vehículo muy amplio y con muchas prestaciones. Dado que además poseía grandes maleteros exteriores que dispensaban de más libros a los alumnos y usuarios. Que no eran pocos, porque en ocasiones, dice Maldini, era necesario tener a 2 funcionarios más atendiendo. Lo que por momentos era una tripulación de 3.

DOS BIBLIOBUSES PIONEROS

Dentro de los muchos datos que Elvira gentilmente compartió, destaco un dato no menor que habla de la importante misión y resultados que obtuvieron. Pues me contó que la Universidad no sólo tuvo un bibliobús. Sino que gracias a un proyecto ideado por ella misma se creó en 1987 un segundo bibliomóvil. Se trató de un microbús de marca Mercedes Benz de fabricación brasileña y adaptado en la fábrica chilena de carrocerías "Metalpar" y creado en base a su antecesor. El Ford de 1968. Funcionando ambos vehículos de manera paralela hasta 1995.

Es así como a mediados de los noventa, el proyecto de bibliobús de la Universidad de Chile deja de funcionar puesto que el sistema de bibliotecas de la casa de estudios contaba con un sistema automatizado que permitía a toda la comunidad universitaria poder consultar los ejemplares ubicados en distintas facultades. Es más, me confidencia que la colección de los bibliobuses fue integrada a la facultad de filosofía y humanidades.

Al consultar a Elvira cómo recuerda sus años de trabajo en el proyecto bibliobús me comenta que lo rememora con la sensación de "haber hecho historia" y de estar abriendo literalmente caminos a lo que sería más tarde un servicio que hoy está repartido por todo Chile. Desde Atacama hasta la Región de Aysén.

EL FIEL FORD F.600

Si bien es cierto, la historia de sus tripulantes. Elvira y su conductor y asistente, Eduardo Quintana y la de los otros funcionarios de la universidad que prestaron servicios en éste proyecto pionero para Chile terminó en 1995. La historia de aquel bibliobús llegado desde los Estados Unidos no terminó allí. Pues continuó, diría yo, mágicamente hasta el año 2013. Esto porque el bibliobús Ford aún continúa trabajando como bibliobús, 45 años después por las calles de la comuna de Puente Alto, en la Región Metropolitana. Donde una nueva tripulación lo maneja y coordina para seguir su historia de servicio que se forjó en las lejanas tierras norteamericanas para dar vida y encender el motor de la historia de los bibliobuses chilenos. Pero esa es otra historia que pueden conocer también en ésta web.

Desde aquí nuestro homenaje a Elvira Maldini, Eduardo Quintana, Gladys Labra, Beatriz Estuardo y María Luisa Arenas. Y por cierto, a todos quienes de alguna manera forjaron en las dependencias universitarias hace 45 años el singular oficio de bibliobuseros en nuestro país.

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