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Tercer Encuentro de Bibliomóviles: Pasión por la lectura

Se fortalece la Red de Bibliomóviles de Chile

Tercer Encuentro de Bibliomóviles: Pasión por la lectura

Publicado el 11/11/2016
Tercer Encuentro de Bibliomóviles: Pasión por la lectura
El encuentro se concentró en sólo una jornada el día 25 de octubre, la que tuvo lugar en el Museo de la Educación de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, DIBAM.

El grupo había llegado desde el extremo norte al sur de Chile al Tercer Encuentro de Bibliomóviles. Tras 2 años, las historias y risas a bordo del bus que nos llevó desde el hotel al lugar de la reunión no cesaron. En ocasiones daba la sensación de ser un grupo de estudiantes. Imagino que todos los encuentros de bibliobuseros deben ser similares y éste no ha sido la excepción, dada la personalidad, en general, alegre de los bibliobuseros.

El encuentro se concentró en sólo una jornada el día 25 de octubre, la que tuvo lugar en el Museo de la Educación de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Dibam, entidad que lidera la Red de Bibliomóviles de Chile, a través de la Coordinación de Fomento Lector, encabezada por Alvaro Soffia.

Pronto el alegre grupo hacía una desordenada fila para las acreditaciones de rigor y esperar la apertura del encuentro la que estuvo en la voz del Subdirector de Bibliotecas Públicas, Gonzalo Oyarzún, quien como siempre destacó la relevancia de los servicios móviles chilenos y su empeño en llevar y asegurar el derecho a la lectura a cada rincón de nuestra accidentada geografía.

EMOCIÓN

En minutos llegó un señor muy alto y delgado de barba blanca e intensos ojos azules. Se trataba del primer expositor: Gonzalo Moure, quien con una camiseta con un poema cruzado en su pecho comenzó una de las exposiciones más intensas y apasionadas que he visto. Poco a poco nos fue hablando sobre el maravilloso proyecto Bubisher. Al que algunos conocíamos por la magia de internet y por las menciones que hacían nuestros colegas de la ACLEBIM.

Fueron palabras intensas y cargadas de emoción. Las que sin dudar diría no dejó a ningún bibliobusero chileno sin ser tocado en lo profundo de su corazón. Es que la experiencia que Gonzalo ha llevado a cabo, no sólo en lo humano, sino que en el despliegue de imaginación por sacar adelante las bibliotecas móviles y fijas a los niños del Sahara es por decirlo, espectacular. De pronto, al menos a mí, me pareció ver al Quijote. Sí al mismísimo personaje de Cervantes peleando contra los molinos de viento pero esta vez situado en el siglo veintiuno en medio del Sahara llevando con amor letras, fantasía, derechos, a los niños de esa comunidad de refugiados con la mayor dignidad posible. Lo curioso es que después de su intervención hubo, por cierto, un tremendo aplauso y un par de intervenciones con preguntas y reflexiones. Pero, en general quedó una sensación de emoción disfrazada con el silencio. Al menos eso me pasó a mí.

Sin lugar a dudas un invitado gigante que nos entregó la fuerza suficiente para seguir adelante en nuestras respectivas regiones una vez terminado el encuentro.

DIFUSIÓN E INNOVACIÓN

Acto seguido, el equipo de comunicaciones de Dibam hizo una presentación sobre las novedades que traerá la nueva página web de los bibliomóviles y que estará en pleno funcionamiento a contar del 2017 y que poseerá mayores recursos para difundir las actividades y vivencias de cada bibliomóvil de la Red que ya suman cerca de cincuenta.

Posteriormente por la tarde y aprovechando cada minuto de esta apretada agenda aparecieron en escena los gestores del proyecto Bibliolancha de la comuna de Quemchi, en la isla de Chiloé. Proyecto que con más de veinte años de existencia hoy puede contar con su propia embarcación para llevar con propiedad sus libros a los niños y adultos de las islas que se sitúan en la mágica isla de Chiloé y que es liderada por Teolinda Higueras y Víctor Barría. Una dupla muy potente y que con esfuerzo y perseverancia llevan este espectacular proyecto innovador en el sur de Chile.

Después de toda esa magia apareció otro proyecto de larga data. Pero que también se consolida fruto de la perseverancia. Se trata del proyecto de Bibliobuses de la comuna de Puente Alto. Una de las más grandes comunas de la Región Metropolitana que postulando a fondos concursables gubernamentales ha desarrollado 2 vehículos de primer nivel para ser utilizados como bibliomóviles. Muy bien equipados y con gran espacio. Además con rampa para personas con discapacidad. Transformándose en el bibliomóvil chileno mejor equipado y con mayor espacio. Y además el servicio municipal mejor pensado e implementado. Colocando un nuevo estándar para los nuevos proyectos y para quienes quieran renovar máquinas. Sin duda la niña bonita de la fiesta.

MAS EMOCIÓN

Finalmente, se trabajó en grupos para reflexionar en torno a la labor del bibliobuseo y los alcances de esta tarea. Una conversación enriquecedora en la que como reflexión final rescato, el compromiso y mejor aún la sensación de que a 6 años de creación de la Red de Bibliomóviles, se ha logrado lo que muchos ansiábamos. La sensación de pertenencia a un grupo de profesionales que con diversidad, buscan el mismo norte por el bien de nuestro país.

Como cierre, el Departamento de Fomento Lector nos tenía una grata sorpresa. El estimulo a quienes de entre los 50 servicios merecen una mención especial. Se trató de un reconocimiento a la trayectoria, al esfuerzo y la constancia. En esta primera versión de estos premios Red Bibliomóviles se distinguió a Alfredo Fica, por sus veinte años de trabajo dedicado al bibliobús de Aysén, también a los maravillosos proyectos de Bibliolancha y Puente Alto, al igual que al gran ejemplo de unidad de la Región de la Araucanía en la figura de su líder natural, Magdalena Chanqueo y finalmente a mi bibliomóvil quien según ellos merecíamos ser distinguidos por el trabajo de difusión a través de la fotografía de nuestros servicios.

Y así sin más, con el corazón lleno de emociones terminó este Tercer Encuentro de Bibliomóviles de Chile, que si yo tuviera que colocar una palabra o concepto. Coincidiría con Gonzalo Moure y diría que es pasión. Pues sin ese motor ninguno de los bibliomovileros chilenos podríamos salir en medio de nuestro paisaje agreste y variado a atender con nuestra mejor cara a los niños y también a nuestros amados usuarios adultos que nos esperan. Y que nosotros les retribuimos dando lo mejor de nosotros a pesar de las dificultades, muchas veces de medios y económicas, pero que sorteamos gracias a ese motor incansable: La pasión.