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Programa Dibamóvil: 15 años abriendo caminos a la lectura

Región de Coquimbo, Maule y Metropolitana

Programa Dibamóvil: 15 años abriendo caminos a la lectura

Publicado el 18/10/2013
Programa Dibamóvil: 15 años abriendo caminos a la lectura
La historia de los bibliomóviles arranca en 1998 cuando la Embajada del Japón en el marco del centenario de amistad entre ese país y Chile donó a la Dibam tres minibuses.

A menudo los medios de comunicación hacen eco del bajo nivel de lectoría de los chilenos. Pero en pocas ocasiones dedican páginas para difundir el trabajo que hacen algunas entidades para fomentar la lectura. Ejemplos existen pocos, pero hace cerca de 15 años la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam) apostó por crear 3 bibliomóviles bajo el nombre de "Dibamóviles", que fueron destinados a regiones que se caracterizan por su dispersión geográfica y amplio territorio: Región de Coquimbo, Maule y Metropolitana.

La historia de los bibliomóviles de esta institución del Estado de Chile, arranca en 1998 cuando la Embajada del Japón en el marco del centenario de amistad entre ese país y Chile donó a la Dibam tres minibuses que fueron el cuerpo para un proyecto que vino a ser un aporte a esta necesidad de contribuir con el fomento lector. A continuación su historia marcada por los caminos, libros y la respuesta a la necesidad de llevar los libros a la calle.

SU HISTORIA

A comienzos del verano de 1998 son destinados a regiones los Dibamóviles quienes bajo el lema "abrir caminos a la cultura" comenzaron su ruta llevando actividades culturales y libros al interior de los coloridos vehículos. Atrás quedaron los aplausos y discursos en las ceremonias inaugurales de ese entonces, pues de ahí en adelante comenzó quizás el trabajo más complejo de esta maravillosa misión. Encantar a las comunidades con esta iniciativa que debía ser aprovechada recorriendo caminos y eligiendo las rutas que serían beneficiadas.

Al poco andar, se definieron las localidades a ser atendidas y también se descubrió que los móviles requerían de adaptaciones para ser verdaderamente eficientes en esta misión.

En los primeros meses y años los móviles cargaban con varias vitrinas de madera de más de 5 kilos cada una (de un engorroso armado), paneles de madera y perfiles metálicos para exposiciones, estantes de madera con ruedas que eran expuestos en la calle con los libros. Un pequeño televisor de14 pulgadas, un equipo de música y un muy resistente notebook que toleró el trabajo a la intemperie. La instalación completa debía ser ensamblada a diario por los encargados. Según cuentan era una tarea que exigió músculos y resistencia a toda prueba. Evidentemente la fatiga y la necesidad de adaptarse a la realidad de sus puntos de atención hicieron inminente una nueva configuración más práctica para la puesta en escena adaptada a la realidad y a la necesidad del trabajo.

El del norte instaló un toldo externo para entregar sombra, el del sur eliminó los estantes externos móviles para hacer estanterías fijas para atender al interior considerando el frío y la lluvia de su clima y por cierto, el de la Región Metropolitana también se sumó a esta práctica adaptación. De la misma manera se suprimieron los complejos montajes por exposiciones adaptadas especialmente a los móviles que aún mantienen un programa de actividades de extensión y que complementa el trabajo bibliotecario.La adaptación en interior en sus inicios de los Dibamóviles del Sur y Centro

En la logística hubo una tremenda labor de gestión para convencer a las municipalidades de cada comuna atendida para que permitieran el desempeño de los móviles, así como el arduo trabajo en terreno para difundir este nuevo servicio que recorría los primeros caminos cimentando un trabajo sostenido y responsable con sus usuarios.

DESDE SUS LOCALIDADES

Años más tarde la organización de los Dibamóviles dejó de ser manejada desde la ciudad de Santiago para ser coordinado directamente por las unidades regionales que los albergaban en donde mejor se conocían las necesidades de las localidades atendidas. Es así como en 2 de los tres móviles estos fueron albergados por las coordinaciones regionales de bibliotecas públicas. A excepción de la Región de Coquimbo que se ubicó en el Museo del Limarí en la ciudad de Ovalle, porque de esa manera se hacía más eficiente su punto de partida considerando la tremenda dispersión de la región caracterizada por 3 valles transversales.

El paso del tiempo y el trabajo constante de los móviles los hizo parte de su pasaje inscribiendo a miles de usuarios que desde 1998 han crecido junto a ellos. Así pasaron cerca de 10 años en que cada móvil se desarrolló haciendo lo suyo y fue necesario hacer un esfuerzo por reunirse para compartir la experiencia tras una década de trabajo constante.

RENOVACION DE VEHICULOS

Marcando un hito en su historia se reúnen en la ciudad de Ovalle en el2009 a los 3 Dibamóviles en el primer encuentro nacional de este proyecto. Hubo talleres y compromisos pero principalmente el maravilloso ejercicio de contar las experiencias de una década de servicio a la comunidad.

En aquel encuentro organizado por el Dibamóvil de la Región Coquimbo se hizo pública la excelente noticia de que esa unidad sería la primera en tener un nuevo vehículo con mayor comodidad para los usuarios y sus coordinadores, para seguir llevando su preciada carga. El diseño del nuevo Dibamóvil fue también ideado por los propios encargados y dio como resultado un móvil con tremendas prestaciones técnicas. Lo que dio paso a continuar renovando a los fatigados minibuses Mitsubishi que ya tenían 10 años de trabajo por caminos y climas inclementes pero resistiendo hasta el final.

Un año más tarde, la Dibam consigue recursos para renovar el bibliomóvil del Maule en base al modelo elegido por su símil del norte pero adaptado a las necesidades del sur. De la misma manera un diseño supervisado por sus ejecutores quienes felices contaron con una nueva máquina que asegura trabajo para más años de aporte al fomento lector. Finalmente se renueva el vehículo de la Región Metropolitana que curiosamente también fue conseguido gracias al benefactor inicial. La Embajada del Japón.

DIBAMOVILES Y LA RED CHILENA

En el año 2012 surge un nuevo capítulo en esta maravillosa historia, la Dibam impulsa la creación de una Red de Bibliomóviles de Chile y los Dibamóviles son llamados a conformar el denominado comité que los organiza considerando su tremenda experiencia de más de 14 años. El entusiasmo y respaldo a estas iniciativas se ve coronado con el Primer Encuentro Nacional de Bibliomóviles de Chile que fue realizado en Santiago en donde ser reunió por 3 días no sólo los móviles dependientes de la Dibam, sino que también aquellas maravillosas iniciativas que dependían de municipios y fundaciones. A la cita asistieron cerca de 60 representantes de móviles principalmente del sur de Chile, en donde existen principalmente los bibliomóviles. Se crea una web: www.bibliomoviles.clque alberga información de cada móvil de Chile adscrito a esta incipiente organización.

El encuentro fue marcado por talleres dictados por los Dibamóviles quienes tienen la mayor experiencia en la gestión de bibliobuses en el país y fueron presentados como la primera experiencia de trabajo en red tras 14 años de labor y de andar caminos. En esa ocasión la Subdirección de Bibliotecas Públicas también renovó el compromiso con estas experiencias móviles tan necesarias. De la misma manera, también estuvo presente Roberto Soto, Presidente de la Asociación Catalana Leonesa de Profesionales de Bibliotecas Móviles, ACLEBIM, quien nos contó la larga experiencia que tiene España en estas iniciativas.

Aún se escriben líneas en la historia de los Dibamóviles, es de esperar que prosigan rodando por los caminos de pueblos y ciudades desconocidas en donde se aprecia su maravillosa carga de oportunidad de lectura. Son tantas las historias de los usuarios que han sido inspirados a viajar y a emprender nuevos rumbos a través de los libros, que sería injusto resumirlas en este artículo. Muchos niños de finales de los noventa hoy ya son jóvenes adultos que aún ven con aprecio a sus viejos amigos y eternos viajeros en la misión de llevar la lectura en un territorio difícil, en donde aún la lectura está al debe en un país que luce estadísticas económicas ordenadas, pero donde los libros son costosos.

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